domingo



como un pobre diablo en medio del mar y aferrado a las maderas de una casa despedazada.
olas como bofetadas y dientes.

manos amoratadas y pies que se agitan inutilmente.
adonde quiera no más que agua y viento y nubes muertas.

a la deriva.
murmullo de aves sobre su cabeza

trozos de una vida entera hecha añicos flotando insoportablemente en torno a un cuerpo inutil
triste guiñapo perdido en el mar, a la voluntad de ningun dios.
naufrago y entumecido.

sin nada ni nadie que me saque de aqui, sin esperanza de volver a estar en los lugares que llamé mios.
ya ni en casa ni a salvo.
ido para siempre, irrecuperable e indolente.
y mis pies se hunden hasta que mis ojos ya no ven más.